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jueves, 28 de septiembre de 2017

La verdad del TLP y la desgracia del diagnostico.

Como bien saben, desde hace un par de meses comencé a escribir acerca de un trastorno que me diagnosticaron hace poco más de 2 años, al cual le tuve mucho apego y creí que todo se iría a la mierda y escudarme en eso, justificar todos mis actos, culpar a mis padres y decirles que ellos tuvieron la mayor parte de culpa... Pero no fue así, al menos ellos hicieron su mejor esfuerzo y los hechos están ahí, bien o mal pero tuvieron la vida que quisieron y hoy cosechan lo que sembraron, yo no estoy ni cerca de serlo.


Cuando te diagnostican ¿Es mejor o peor? creo que te dan el arma perfecta para destruirte más y culpar a los demás. Si somos cobardes, arrogantes pero bonachones, sin matices ¿O no?


Nos sentimos perdidos, angustiados, con ganas de salir pero sentimos que algo nos detiene, que nos obliga a estar días postrados en la cama, con ganas de dormir hasta que todo desaparezca, tomamos medicamentos para sentirnos importantes, mientras más dosis más enfermos nos creemos, mientras más raro el nombre mejor, podemos ser el centro de la platica, y gracias eso nos hacemos menos responsables de lo que debemos y justamente es todo lo contrario de lo que escuchamos en terapia, psicólogos, psicoanalistas, cognitivos conductuales, psiquiatras, patrañas basadas en sentirnos más inútiles pero con atención.


Soy un hombre patético, una persona casi olvidada por mi, incapaz de hacer algo por mi sin que lo vean ¿Soy culpable? ¡TOTALMENTE!


Todos estamos aquí por un detonante, por lo general es por una pareja, la cual nos fue infiel, nos maltrata, nos golpea, nos humilla, al final siempre nos terminan diciendo lo mismo "es tu culpa por quedarte" "Soy así, así me conociste" "Ya sabes la verdad, te vas o te quedas" No solo debemos lidiar con nuestra mente que nos quiere ver hundidos, debemos lidiar con toda la escoria de humanidad que hay allá afuera. Pero... También tenemos algo a nuestro favor, somos grandes, somos fuertes y podemos hacer cosas que los demás no. Salir del hoyo y jamás volver a caer en él.



J

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Rompiendo las reglas

Juntaré las piezas, algún día.

Tras el desastre de haber pasado de ser la victima a victimario, de ser el ángel al verdugo. No me importó y siempre fue primero el amor, el cariño, el “no pasó nada” “borrón y cuenta nueva” así lo permití hasta que hoy en día soy quien no era, quien jamás quise ser y en quien odio y aborrezco, hoy soy tan igual a ti que me dan ganas de morir, me convertí en lo que más odio, pero hoy ya no tengo salida.


Fui tan ingenuo en creer que del pantano salen rosas, que dentro de tanta porquería había algo de verdad, el túnel jamás tuvo una luz de esperanza.


Tanto dolor, tanto sufrimiento, tantas lágrimas que cubrías y cubres con semen ajeno, con gemidos perdidos en los ojos del otro, el rose de piel ajeno, las bacterias en infecciones de tantos que han marcado tu cuerpo, tantas historias que cuentan tus sábanas pero preferí hacer a un lado la razón y creer en lo que nunca me dio confianza, si, hoy, perdido y casi muerto es mi culpa y jamás nadie escarmienta en cabeza ajena.

Si tan solo hubiera escuchado a los que en verdad me amaban…


Rompí todas las reglas, legales y obsesivas, pero peor aún, las mías, aquellas que por 30 años mantuve y perdí con la que no debía. Te di mi vida, y hoy me regresas pedazos sin encajar.


Me quedé solo en cuarto, triste y abandonado, pero fue hasta ese momento que encontré, me encontré y empezaré a luchar, de nuevo, ese maldito camino de ir remediando error tras error, juntar las piezas que me dejas y que algún día embonen y que nadie jamás, jamás vuelva a romper.

Si, rompí las reglas, hasta las mías maldita sea.



J.